Sonia Herrera
delegar para vivir mejor
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De un modesto barrio de Tenerife a la creación de la
escuela número uno de asistentes virtuales en España.
El culo inquieto de un lejano barrio insular
Sonia Herrera es una tinerfeña con una mentalidad emprendedora innata, que se autodefine como “culo inquieto”. Dice que siempre tuvo una “mente que no para”, a pesar de haber crecido en el modesto barrio de Guargacho, al sur de Tenerife.
Recuerda que, cuando era niña, Guargacho era un “barrio súper pequeño” que “solo tenía tres calles”, todas ellas “sin asfaltar”. Entonces las condiciones eran “bastante precarias”. Por ejemplo, en su casa, “no teníamos puertas ni ventanas”, aunque sí puerta a la calle. Por no tener, no tenían “ni bañera” y se bañaban en un “bidón de obra de esos de 200 litros”.
ADN de alma emprendedora
Aún viviendo en un barrio humilde, con apenas 7 u 8 años ya se aseguraba a sí misma que “había sitios que no había visto” que estarían “más avanzados” y en los que la gente haría “cosas más avanzadas”. Su naturaleza inconformista le impulsaba a apuntarse a “todo lo que había”, ya fueran “clases de informática” u otro tipo formaciones que existieran en la zona en que vivía.
De adolescente, creó “la primera asociación juvenil” del municipio, en la que desarrollaban “todo tipo de actividades”, y de la que fue presidenta durante 7 años. Hoy se da cuenta que entonces “ya tenía alma de emprendedora”. Un alma que le animaba a “crear cosas nuevas” con las que disfrutaba mucho pero que tenían el propósito intrínseco de que “fuera bueno para muchas personas”. Entre unas y otras andanzas fue concejal de su pueblo durante 4 años, “pero en la oposición”, porque le “va la marcha” remata con un tono animado que caracteriza su forma de hablar.
Formación, desarrollo profesional y negocios
Su alma emprendedora pronto llevó a Sonia Herrera a la creación de negocios. Tuvo una par de «empresas tradicionales» pero también se lanzó en “la importación desde China de tóner y tintas compatibles” para impresoras. Lo que hoy nos suena una actividad común, en aquel entonces, en el año 2002, “era toda una novedad” que implicaba “hacer pedagogía” porque “la gente no sabía lo que era eso” de importar productos de China para vender en Europa.
Sonia fue dibujando el recorrido de su vida, acercándose cada vez más a lo que no podía evitar, emprender. Destaca la importancia de la formación en su vida como uno de los pilares de sus logros personales y profesionales. Se formó en múltiples áreas, pero subraya la importancia de su “especialización en coaching” y el trabajo con ONG’s “como técnico” dirigiendo equipos de profesionales”.
Delegar: la llave para el éxito
En 2016, circunstancias personales de la vida, le empujaron a una nueva realidad. Dejó su trabajo, se encontró desempleada, y se dijo:” ahora tengo que aprender algo nuevo y diferente”. Estaba en “un momento de cambio” de rumbo. Navegando por internet, empezó a ver “un montón de anuncios” sobre marketing digital y negocios online. “¡Y me flipó!», cuenta con entusiasmo durante una entrevista que concedió a Toni Herrea, en el podcast eMarketerSocial, disponible en Youtube.
Decidió invertir un año entero formándose en este ámbito. Dedicaba cinco a seis horas diarias a la formación, delante del ordenador, asistiendo a webinar gratuitos o con cursos de pago. Una vez vistos los vídeos o webinars, aplicaba esos aprendizajes. Era lo que más tiempo le consumía, «aprender de verdad».
Cómo se “sentía sola” delante de la pantalla se propuso encontrar “otros bichos” como ella que estuvieran explorando el mundo laboral en internet. Decidió empezar a asistir a eventos de emprendedores digitales, pero eran en Madrid y en otras “ciudades grandes”. Así que cogía el avión una media docena de veces al año, costeaba todos sus gastos (dietas, estancias, entradas a los eventos, etc.) y fue ampliando sus conocimientos sobre el mundo digital.
Durante esos eventos, como es “muy preguntona” aprovechaba cualquier descanso entre ponencias, momentos de networking, comidas, etc. para indagar sobre el “principal problema” que tenían esos emprendedores en sus negocios. Cuando volvía a casa “volcaba todo en una hoja de cálculo”. Al analizar todos esos datos se dio cuenta de que la mayoría de las personas con las que hablaba tenían el mismo problema: estaban hasta arriba de trabajo y les costaba mucho delegar. Además también concluyó que las tareas en las que más necesitaban ayuda eran muy similares: tareas que pueden ser ejecutadas por una asistente virtual.
¡Eureka! La respuesta a las incontables charlas con emprendedores sobre sus problemas estaba en crear una formación para asistentes virtuales. Por ello su empresa, AITED, se dedica a formar personas como asistentes virtuales, para que trabajen desde casa con empresas digitales que necesitan sus servicios.
Esta es toda una historia de superación, de persistencia, de curiosidad, de entusiasmo pero también de éxito. Y es que a Sonia, una persona muy decidida y a la vez muy sonriente, le tiembla la voz cuando reconoce no haber imaginado que AITED podría ser lo que es hoy: “la escuela número uno de asistentes virtuales en España”.
Texto e imagen: Bruno Rascão